Nada excita más al intelecto, que agarrar entre mis dedos al lápiz que en desespero, quiere escurrirse todo sobre el blanco papel que espera sentir el roce ligero de sus versos. Con ritmo sereno de movimientos certeros y con intención estética, va llenando de signos a la hoja que contempla. Mientras,una mano recostada sobre aquella fracción que junto a otros elementos conforman un todo, la calienta. Y ella inerte, seducida por sus palabras en intensa sensación de placer ha olvidado que es papel y Él, la contempla...
Pensádome,
José Rivas